¿Cómo trabajo?

Las personas somos resultado de nuestra historia: nos hemos construido principalmente a partir de las experiencias vividas en la infancia, especialmente en el núcleo familiar en el que nos hemos criado (padre, madre, abuelos u otras configuraciones). Estos vínculos iniciales constituyen la base para establecer nuevas relaciones con otras personas fuera de la esfera familiar y es así que construimos nuestra forma única y particular de relacionarnos con los demás: la pareja, los amigos, los hijos, el trabajo, etc. Es así que queda conformada nuestra personalidad, tanto nuestras fortalezas, como otros aspectos de nosotros mismos que pueden hacernos sufrir.

El malestar de una persona en un momento determinado puede expresarse a través de diferentes síntomas que pueden ser múltiples y muy variados: angustia, tristeza, insomnio… Otras veces también sufrimos porque se repiten en nuestra vida y sin saber por qué relaciones de sufrimiento con los demás: con la pareja, en el trabajo, con amigos… A menudo no entendemos por qué sufrimos o porque repetimos o, a pesar de entenderlo, no podemos dejar de hacerlo. Estos síntomas nos avisan de que hay algo que no funciona bien y que es necesario mirar adentro para comprender su origen, que será único y particular para cada persona. Son la punta del iceberg de un conflicto del que a menudo no somos plenamente conscientes.

La psicoterapia psicoanalítica busca comprender el origen de nuestro malestar y poner palabras a emociones y vivencias intensas que no han podido ser pensadas para, de este modo, encontrar una manera, de nuevo única y particular, de liberarse de los síntomas, resolver los conflictos y, en definitiva, conseguir una vida más plena y satisfactoria en las distintas áreas de la vida.

Por tanto, se trata de una psicoterapia que no sólo trata el síntoma, sino que va más allá y atiende a la persona en su globalidad y complejidad. Pone el acento en la particularidad de cada uno y ofrece una atención a tamaño totalmente personalizado donde la escucha, el respeto y el cuidado son fundamentales.